Publicado el lunes, 20 de enero de 2003
A pesar de que la lluvia de la noche hizo presagiar que la celebración de la Fiesta de la Matanza no se pudiese llevar a cabo, el tiempo se calmó, y la plaza de Covarrubias se llenó de visitantes, ávidos de interés en degustar las delicias del cerdo.
Como todos los años, los vecinos de la Villa Rachela cumplieron a la perfección con su papel de anfitriones, asando los 240 kilos de pancetas, morcillas, chorizos y otros productos del cerdo, ofreciéndolos a los turistas, junto con vino joven de la misma Ribera del Arlanza.
Al tiempo que esto sucedía, en el centro de la Plaza se procedía a hacer una demostración de una matanza tradicional (eso si, llevando la el cerdo muerto, pues no se permite el sacrificio fuera del matadero), quemándole con la paja, raspándole, abriéndole en canal, limpiandole y colgándole para dejarle horeando al fresco. Todo un espectáculo, que muchos se pierden por estar más pendientes de las bandejas con comida.
En definitiva, muy buen ambiente.
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