Publicado el lunes, 13 de julio de 2009
Deseadas por todos, buscadas por muchos y en poder de tan solo unos pocos. Como joyas color carmín, rubíes resplandecientes asomando tímidamente en una fina caja de madera, las auténticas protagonistas de la XX Fiesta de la Cereza de Covarrubias, estas deliciosas frutas a las que les gusta tanto ir en pareja, fueron caras de ver a lo largo de la jornada de ayer.
Muy pocos pudieron hacerse con ellas y es que, la cosecha de este año, más bien escasa aunque de excelente calidad, apenas ha dejado 15.000 kilos en el mercado local. La polinización tardía, las lluvias y los bruscos cambios de temperatura parecen ser los culpables de que las famosas cerezas de la Villa Rachela no hayan madurado en su tiempo.
No obstante y a pesar de esta curiosa contradicción, la tradicional celebración en honor a esta deliciosa fruta se cumplió como siempre. Las calles de Covarrubias se llenaron durante todo el fin de semana de miles de lugareños y visitantes, «unas 15.000 personas» aseguraba el presidente del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de la localidad, Óscar Izcara. A ello contribuyó en gran medida el XII Encuentro Medieval que, con sus 91 puestos repartidos por todo el centro de la villa, entretuvo y ofertó multitud de productos naturales y artesanos.
No faltó tampoco la animación de calle (a cargo de saltimbanquis, zancudos y malabaristas enmascarados), ni las exhibiciones de oficios tradicionales, ni las barras con pinchos típicos, ni una pequeña exposición de artilugios de tortura. Y lo más importante, el gentío, fue lo que más abundó, respaldando con su presencia una iniciativa festiva tornada ya en tradición. Es el caso de los propios vecinos, que no dudaron en vestirse con ropajes medievales para la ocasión.
Un rachel in New York
Tras saludar a los presentes desde el balcón de su casa y brindar con vino de la tierra, Doña Sancha, Infanta de Castilla, cedió el protagonismo al pregonero encargado de proclamar al merecedor de la Cereza de Oro de este año.
El galardón, instaurado en el 1989, recayó en esta ocasión en el artista rachel Fernando Renes, residente en la actualidad en Nueva York y considerado uno de los cien mejores pintores vanguardistas de hoy. «Los que me conocéis sabéis que soy un hombre parco en palabras. Aún así, no puedo menos que reconocer la ilusión que me hace el premio. Allí donde esté mi nombre, estará siempre el nombre de Covarrubias», afirmó.
http://www.diariodeburgos.es/noticia.cfm/Provincia/20090713/joyas ... 5D74FC
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