Apenas quedan cuatro muros, sin embargo hace 100 años el tejado estaba entero.
Los paisanos recuerdan que había un manantial, conocido como el moral en la ladera donde se ubica el monasterio, y que el agua llegaba canalizada por un subterráneo. Hoy ya no existe el arroyo, probablemente por la pista que se hizo para la concentración parcelaria.