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Información publicada el lunes, 13 de enero de 2003. Administrador

Poema de Fernán González (1)

Anónimo

- I -

Preludio

1                                             
En el nombre del Padre que fizo toda cosa,                     
Del que quiso nascer de la Virgen preciosa,
Del Espíritu Santo, que igual dellos posa,
Del Conde de Castilla quiero facer una prosa.
 
2     
El Señor que crió la tierra e la mar,
De las cosas pasadas, que yo no pueda contar,
El, que es buen maestro, me debe demostrar
Cómo cobró la tierra toda de mar a mar.
 
3     
Contarvos he primero cómo la perdieron
Nuestros antecesores; en cuál coíta visquieron;
Como homes desheredados, fuidos andodieron;
Esa rabia llevaron que non morieron.
 
4     
Muchas coítas pasaron nuestros antecesores,
Muchos malos espantos e muchos malos sabores;
Sofrieron frío e fambre, heladas e ardores;
Estos vicios de agora estonce eran dolores.
 
5     
Ellos que primero pasaron algunas amarguras,
... Sufren... e pasan muchas amarguras...
 
6    
 En tanto, deste tiempo irvos he yo contando
Cómo fueron la tierra perdiendo e cobrando,
Fasta que fueron al conde don Ferrando.
 
7     
Cómo es muy luenga desde el tiempo antiguo;
Cómo se dió la tierra al buen rey don Rodrigo;
Cómo hóbola de ganar el mortal enemigo;
De grande honor que era, tornóle pobre mendigo.

- II -

Doctrina mora y cristiana

8                                             
Esto fizo Mafomat, el de la mala creencia,                     
Ca predicó por su boca mucha mala sentencia.
 
9     
Desque hobo Mafomat a todos predicados,
Habían las gentes los corazones demudados,
E la muerte de Jesucristo habíanla olvidados.
 
10     
Desque los españones a Cristo conoscieron,
Desque en la su ley bautismo rescibieron,
Nunca en otra ley tornarse quisieron,
Mas por guarda de aquesto muchos males sofrieron.
 
11     
Esta ley de los santos, que oyeron predicada,
Por ella la su sangre hobieron derramada,
Apóstoles e mártires, esta santa mesnada,
Que fueron por la verdat metidos a espada.
 
12     
Fueron las santas vírgines en este afirmamiento,
De varón non quisieron ningún ayuntamiento;
De los vicios del mundo non hobieron talento,
Vencieron por aquesto al bestial mascariento.
 
13     
Los primeros profetas esto profetizaron,
E los santos confesores esta ley predicaron,
Ca en los otros dioses verdat nunca fallaron;
San Juan lo afirmó cuando lo descabezaron.
 
14     
Muchos reyes e condes e muchas potestades,
Papas e arzobispos, obispos, monjes e abades,
Por esta ley morieron, esto bien lo creades;
Por ende han en los cielos todas sus heredades.

- III -

Los godos constituyen el reino de España

15                                             
Tornémosnos al curso, nuestra razón siguamos,                     
Tornémosnos en España a do lo comenzamos,
Como el escrito diz, esto nos asi lo fallamos
En los reyes primeros, que godos los llamamos.
 
16     
Venieron estos godos de partes de Oriente;
Cristo los envió, esto sin fallimiente;
Del linaje Magog vino aquesta gente;
Conquirieron el mundo estos sin fallimiente.
 
17     
Non fueron estos godos de comienzo cristianos,
Nin de judios de Egipto nin de leyes de paganos,
Antes fueron gentiles, unos pueblos lozanos,
Eran para en batalla pueblos muy avirtuados.
 
18     
Toda tierra de Roma venieronla avastando,
A los unos prendiendo, a los otros matando.
 
19     
Pasaron a España con el su gran poder,
Era en este tiempo el papa Alexandrer.
 
20     
Escogieron a España toda de mar a mar,
Nin villa nin castillo no se les pudo amparar,
Turonia e Africa hobieron por mandar,
Hombres fueron arteros, que Cristo los quiso guiar.
 
21     
Fueron de Santi Espíritus los godos espirados;
Los malos argumentos todos fueron fallados;
Conoscieron que eran los ídolos pecados;
Cuantos creían por ellos eran mal engañados.
 
22     
Demandaron maestros pora férselo entender
En la fe de don Cristo qué habían de creer;
Los maestros que sepades fueron muy volunter,
Fecieronles la fé toda bien entender.
 
23     
Dijeron los maestros: esto non vale nada
Si bautizados non sodes en el agua sagrada;
El alma de pecados será luego lavada;
La cual culpa e error es heregía llamada.
 
24     
Rescibieron los godos el agua de bautismo;
Fueron lux e estrella de todo el cristianismo;
Alzaron cristiandad, abajaron paganismo;
El conde Ferrán González fizo aquesto mismo.
 
25     
Que fué muy lealmente de sus homes servido,
E fueron de todo el mundo pueblo muy escogido,
Ca en cuanto el mundo durare, non cadrán en olvido.

- IV -

Los reyes godos

26                                             
Cuando los reyes godos deste mundo pasaron                     
Fueronse a los cielos; gran reino heredaron;
Alzaron luego rey los pueblos que quedaron;
Como dice la escritura don Cindus te llamaron.
 
27     
Cuando reinó Cindus, un buen guerreador,
Era San Eugenio de españones pastor,
En Toledo moraba el santo ome confesor,
Isidro en Sevilla, arzobispo e señor.
 
28     
Finóse el rey Cindus, un natural Señor,
A España e Africa hobo en su gran valor;
Dióles pastor muy bueno luego el Criador,
Rey Vamba vino luego, que fué tal o mejor.
 
29     
Vamba aqueste rey, como habedes oído,
Venía de los godos, pueblo muy escogido;
Porque él non reinase andaba escondido;
Nombre se puso Vamba por non ser conoscido.
 
30     
Buscándole por España, hobiéronlo de fallar;
Feciéronle por fuerza aquel reíno tomar;
Bien sabíe él que con yerbas lo habían de matar,
Por tanto de su grado non quisiera reinar.
 
31     
Rey fué muy derecho e de muy gran natura,
Muy franco e muy ardito, e de muy grande mesura,
Leal e verdadero e de muy gran ventura;
Aquel que le dió la muerte non le falesca rencura.
 
32     
Partió todas las tierras, ayuntó los obispados,
Establecidos fueron los lugares señalados
Cómo fuesen los términos a ellos sojuzgados.
 
33     
Fué toda esta cosa puesta en buen estado;
pesaba con su vida muy fuerte al pecado;
Dionle yerbas e murió rey Vamba aponzoñado,
En paraíso sea tan buen rey heredado.
 
34     
Reinó después un rey; Egica fué llamado;
Diez años, que non más, visquió en el reinado;
A cabo de diez años del siglo fué sacado;
Non pesó a su pueblo, ca fué malo probado.
 
35     
Cuando finó Egica, a poca de sazón
Fincó en Vautizanus toda la región;
Este niño de los godos, poderoso varón,
Home fué de grande esfuerzo e de gran corazón.
 
36     
Finóse Vautizanus; reinó el rey don Rodrigo;
Habían en él los moros un mortal enemigo;
Era de los cristianos sombra e grande abrigo;
Por culpa en que era, non le era Dios amigo,
 
37     
Este fué de allende mar de gran partida señor;
Ganó los Montes Claras el buen guerreador;
De como se perdió la tierra, esto es grande dolor.
 
38     
Era estonce España toda de una creencia;
Al Fijo de la Virgen facian todos obediencia;
Pesaba mucho al diablo con tanta reverencia;
Non había entre ellos envidia nin contiencia.
 
39     
Estaban las iglesias todas bien ordenadas,
De olio e de cera estaban bien abastadas;
Los diezmos e premiencias lealmente eran dadas,
Eran todas las gentes en la fé arraigadas.
 
40     
Vesquían los labradores todos de sus faceres;
Las grandes potestades non eran robadores,
Guardaban bien sus pueblos, como leales señores;
Vesquían de sus derechos, los grandes e los menores.
 
41     
Estaba la facienda toda en igual estado;
Había con este bien grande pesar el pecado;
Resolvió atal cosa el mal aventurado;
Que el gozo que había, en llanto fué tornado.

- V -

Invasión de los moros

42                                             
Fijos de vautizanus non debieran nascer,                     
Ca esos comenzaron traición a facer;
Envolviólo el diablo e metió ahi su poder;
Esto fué el escomienzo de a España perder.
 
43     
El conde don Illán, bien habedes oído,
Cómo hobo por las parias a Marruecos torcido;
Hobo en este comedio tal cosa contecido
Porque hobo el reino de ser todo destruido.
 
44     
Fízole la grande ira a traición volver;
Fabló con Bursaban, que había gran poder,
Dijo cómo podría a los cristianos confonder,
Non se podria España por manera defender.
 
45     
Dijo aquestas horas el conde don Illán:
Digo yo la verdat, amigo Bursaban;
Si non te doy a España, non coma yo más pan,
Si non, de mi non fies más que si fuese yo un can.
 
46     
Trespasaré mucho aína la mar,
Faré al rey don Rodrigo sus caballeros ayuntar;
Facerle he todas las armas en el fuego quemar,
Porque después non hayan con qué se mamparar.
 
47     
Cuando esto hoviere fecho, sabrás de mí mandado;
Travesarás el mar con todo tu fonsado;
Como será el pueblo todo bien asegurado,
Refez miente podrás conquerir el reinado.
 
48     
Despidióse de los moros e luego pasó la mar;
Debiérase el mezquino con sus manos matar,
Pues que en la marirada non se pudo ahogar.
 
49     
Fué luego para el rey; cual era, fué pasado:
Homíllome, dijo al rey, el mi señor honrrado,
Recabdé tu mensage e cumpli tu mandado,
E ves aqui las parias porque hobiste enviado.
 
50     
Recibiólo muy bien el buen rey don Rodrigo,
Tomólo, por la mano e asentólo consigo:
Dijo: ¿cómo vos ha ido el mi leal amigo?
De aquello porque fuestes, si es paja o trigo.
 
51     
Señor, si quisieredes mi consejo tomar,
Grado a Dios del Cielo, que te fizo reinar,
Nin moro nin cristiano non te puede contrallar;
Las armas ¿qué las quieres pues non has de pelear?
 
52     
Manda por el reino las armas desatar;
Dellas fagan azadas para las viñas labrar,
E dellas fagan rejas para panes sembrar;
Caballos e rocines todos los fagan arar.
 
53     
Todos labren por pan, caballeros e peones,
Siembren cuestas e valles e todos los oteros,
Enriquezcan sus reynos de pan e de dineros,
Ca non has contra quien poner otros fronteros.
 
54     
Mas todos los varones a sus tierras se vayan,
Ningunas armaduras, defiéndoselo, que non trayan
Si esto non fecieren, en la tu ira cayan,
Sinon con las que araren otras bestias no trayan.
 
55     
Non has a los caballeros porqué les dar soldadas;
Labren sus heredades e vivan en sus posadas,
Con mulas e con caballos fagan grandes aradas,
Que eso han menester ellos, que non otras espadas.
 
56     
Cuando hobo el conde acabada su razón,
Mejor non la dijeran cuantos en el mundo son.
 
57     
Envió el rey Rodrigo luego sus mensajeros.
 
58     
Era la Corte toda en uno ayuntada,
Aragón e Navarra, buena tierra probada,
León e Portugal, Castilla la preciada,
Non sería en mundo tal provincia fallada.
 
59     
Cuando vió don Rodrigo que tenía sazone,
Ante toda la Corte comenzó su razone,
Oitme, caballeros, si Cristo vos perdone.
 
60     
Gracias a Dios del cielo, que lo quiso facer,
En aquesto Le habemos mucho que agradecer,
Porque es toda España en el nuestro poder,
Mal grado a los moros que la solían tener.
 
61     
Habemos en Africa una buena partida;
Parias nos dan por ella la gente descreida;
Mucho oro e mucha plata, a llena medida;
Bien somos ya seguros todos desa partida.
 
62     
El conde, caballeros, las paces ha firmadas,
E por estos ciento años las parias recabdadas;
Pueden vivir las gentes todas bien aseguradas,
Non habrán ningún miedo, visquirán en sus posadas.
 
63     
Pues que todos habemos atales seguridades,
Han vos a dar carrera porque en paz vivades
Peones e caballeros e todas las potestades;
Que viva cada uno en las sus heredades.
 
64     
Lorigas, capelinas e todas las brazoneras,
Las lanzas e las cochillas, fierros e espalderas,
Espadas e ballestas e asconas monteras
Metellas en el fuego; facet grandes fogueras.
 
65     
Faredes dellas fierros, e de sus guarniciones
Picas e azadas, e picos e azadones,
Destrales e fachas, segures e fachones,
Destas cosas atales con que labren peones.
 
66     
Por aquesta carrera habremos pan asaz
Los grandes e los chicos, fasta el menor rapaz;
Visquirán por esta guisa seguros e en paz;
Quiero que esto sea, si a todos vos plaz.
 
67     
Aquesto que yo digo, sea luego complido;
Así como yo mando quiero que sea tenido;
Aquel que armas tragiere e le fuere sabido,
Faganle lo que facen al traidor enemigo.
 
68     
Todo aquel que quisiere salir de mi mandado,
Si en toda España fuere después fallado,
Mando que luego el su cuerpo sea justiciado,
E que le den atal justicia como a traidor probado.
 
69     
Fué fecha la barata atal como entendedes;
Viólo el diablo que tiende tales redes;
Trastornó el cimiento, cayéronse las paredes;
Lo que entonces perdiestes, cobrar non lo podedes.
 
70     
Teníenlo a gran bien los pueblos labradores;
Non sabien la traición los pueblos pecadores;
Los que eran entendidos e bien entendedores
Decían: mal siglo hayan tales consejadores.
 
71     
Hobieron a facer todo lo que él mandaba;
Quien las armas tenía luego las desbarataba,
Porque el diablo de antiguo en esto se trabajaba;
Por facer mal a cristianos nunca en ál andaba.
 
72     
Cuando fueron las armas deshechas e quemadas,
Fueron aquestas nuevas a Marruecos pasadas;
Las gentes africanas fueron luego ayuntadas,
Al puerto de la mar fueron llegadas.
 
73     
Todos muy bien guisados para España pasar,
Cuando fueron juntados pasaron allende el mar,
Arribaron al puerto que dicen Gibraltar;
Non podría ningún home cuántos eran asmar.
 
74     
Todos estos paganos, que a Africa mandaban,
Contra los de Oropa despechosos estaban;
Entraron en la tierra do entrar non cuidaban.
 
75     
Llegaron a Sevilla la gente renegada;
Esa cibdat nin otras non se les fizo nada;
Era de mala guisa la rueda trastornada,
La cautiva de España era mal quebrantada.
 
76     
Estonces el buen rey don Rodrigo, a quien habia contecido,
Mandó por todo el reino luego dar apellido;
El que con él non fuese antes del mes complido,
El haber e el cuerpo tovíeselo por perdido.
 
77    
Las gentes cuando oyeron pregones aquejados,
Que de haberes e de cuerpos eran mal amenazados,
Non era ahí ninguno para fincar osados,
Fueron ante del tiempo con el rey juntados.
 
78     
Cuando hobo el rey Rodrigo sus poderes juntados,
Era poder sin guisa, mas todos desarmados;
Lidiar fueron con moros; lleváronlos sus pecados,
Ca les fué de los profetas esto profetizado.
 
79     
Tenía el rey don Rodrigo siempre la delantera,
Salió contra los moros, tóvoles la carrera,
Ayuntóse en el campo que dicen Sangonera,
Cerca es de Guadiana, en esa su ribera.
 
80     
Fueron de ambas las partes los golpes avivados;
Eran para lidiar todos escalentados;
E fueron de la primera los moros arrancados;
Recogiéronse con todo esa hora los cruzados.
 
81     
Era Castilla la Vieja un puerto bien cerrado,
Non habia mas entrada de un solo forado;
Tovieron castellanos el puerto bien guardado,
Porque de toda España eso hobo fincado.
 
82     
Fincaron las Asturias a un pequeño lugar,
Valles e montañas que son cerca la mar;
Non podieron los moros por los puertos pasar,
E hobieron por tanto las Asturias afincar.
 
83     
España la gentil fué luego destruída;
Eran señores della gente descreída;
Los cristianos mezquinos habían muy mala vida;
Nunca fué en cristianos tan gran cuíta venida.
 
84     
Dentro en las iglesias facían establías,
Facían en los altares muchas fieras follías,
Robaban los tesoros de las sacristanías,
Lloraban los cristianos las noches e los días.
 
85     
Quiero vos decir otra cosa que les fizo retraer:
Prendían a los cristianos, e mandabanlos cocer.
Por tal que les podiesen mayor miedo meter.
 
86     
Tenían a otros presos e dejábanlos foir
Porque veían las penas a los otros sofrir,
Habían por do iban las nuevas a decir.
 
87     
Decían e afirmaban que los vieran cocer;
Cocían e asaban los homes para comer;
Cuantos que lo oían íbanse a perder,
Non sabían con gran miedo adonde se asconder.
 
88     
Era la cosa puesta e de Dios otorgada
Que serían los de España metidos a espada;
A los dueños primeros non sería tornada;
Tornaron en el campo ellos otra vegada.
 
89     
Cuidaban los cristianos ser bien asegurados
Que habían a los moros en el campo arrancados;
Fuéranse los paganos esas horas tornados
Sinon por quien no hayan perdón de sus pecados.
 
90     
Otro dia mañana los pueblos descreidos
Todos fueron en el campo de sus armas guarnidos,
Tañiendo añafiles e dando alaridos;
Las tierras e los cielos semejaban movidos.
 
91     
Volvieron esas horas al torneo pasado,
Comenzaron los moros do le habían dejado,
Morieron los cristianos todos, ¡ay mal pecado!,
Del rey esas horas non sopieron mandado.
 
92     
En Visio fallaron después una sepultura,
Yacía ahi un sepulcro escrito de esta figura:
Aqui yace don Rodrigo, un rey de gran natura,
Que perdió la tierra por su desventura.
 
93     
Fueron, como oístes, de los moros arrancados;
Muchos eran los muertos e muchos los cativados;
Fuyeron los que fincaron, maldiciendo sus fados;
Fueron por todo el mundo luego estos mandados.
 
94     
Pero con todo esto, buen consejo prendieron;
Tomaron las reliquias cuantas más podieron;
Alzáronse en Castilla, asi se defendieron;
Los de las otras tierras por espadas perecieron.
 
95     
Asi iban fuyendo de las gentes estrañas;
Muríen de gran fambre todos por las montañas,
Non diez, nin veinte nin treinta, mas muchas de las compañas.
 
96     
Perdieron muchos dellos de miedo los sentidos,
Mataban a las madres en brazos a sus fijos;
Non podían dar consejo mujeres nin maridos;
Habían con gran miedo muchos pueblos enloquecidos.

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