Junto a la Ermita de San Antón, situada en el barrio de San Francisco, es tradición, después de la celebración del rosario, que los niños del pueblo arrojen naranjas colina abajo. Los vecinos del barrio organizan después una degustación de los productos de la matanza para todos los asistentes, acompañada con vinos de la tierra. Actuación de dulzainero y tamborilero castellano.